La adolescencia es una etapa compleja, viéndose influida no sólo por los hitos propios de la etapa (construcción de nuestra identidad, identificación de gustos, etc), sino que también por los cambios en el entorno social y cultural: las nuevas tecnologías, globalización y las redes sociales, que cambian la forma de relacionarnos y emocionarnos.

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Muchas veces ocurre que ni ma-padres ni los/as mismos/as jóvenes comprenden cómo manejar estas situaciones o cómo ayudar a los/as hijos/as, generando frustración, confusión y/o temor de no hacer lo correcto para ellos/as. Por otro lado los/as jóvenes muchas veces se sienten solos, incomprendidos/as y perdidos sin saber cómo estar mejor.

 

Esto puede generar peleas en el hogar, con los amigos/as, problemas en el colegio, o comienzan a aparecer conductas que preocupan y asustan, como pasar horas jugando videojuegos, encerrados en la pieza, cortes o autolesiones, salidas muy tarde en la noche sin aviso o comentarios de ellos que hacen pensar que piensan hacerse daño. 

 

                         ¿En qué puede ayudarme la psicoterapia?

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En Quiasma Psicoterapia ofrecemos un espacio de acogida y encuentro para los jóvenes que nos consultan, de modo de comprender y resolver los conflictos que los aquejan. Ofrecemos también un espacio de comunicación a los padres y familias de los jóvenes, para acompañarlos en comprender la etapa por la cual atraviesan sus hijos y mejorar la comunicación. 

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La psicoterapia puede contribuir en:

• Mejorar la autoestima de los jóvenes que consultan

• Ayuda a los jóvenes a clarificar lo que les está ocurriendo, lo que sienten, y a encontrar estrategias para enfrentar sus problemas 

• Mejorar las relaciones en la casa, escuela, y con amigos

• Ayudar a padres a comprender mejor lo que le ocurre a sus hijos, así como entregar herramientas de comunicación eficiente

• Dar un espacio de escucha a los adolescentes y sus familias

• Disminuir los conflictos en el hogar y mejorar el bienestar de todos

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Trabajamos temáticas asociadas a problemas conductuales y conflictos familiares, uso problemático de redes sociales y videojuegos, dudas sobre elección de carrera y orientación vocacional, trastornos del ánimo y depresión, trastornos de ansiedad y crisis de pánico, trastornos alimentarios y de la imagen corporal como anorexia y bulimia, entre otros.